UNA PROPUESTA PARA LA RECUPERACIÓN DE LOS RESIDUOS EN
LAS CALLES DE UNA CIUDAD
Para la
ciudad de Bogotá (Colombia), en los últimos años se ha suscitado una problemática
que ha causado inclusive el desconcierto político de la ciudad, a causa de que
la Administración Distrital[1], opto por cambiar el modelo
de recolección de residuos de privado a mixto. La Administración Distrital,
creo a la empresa Aguas de Bogotá,
quienes recolectan en algunas zonas de la ciudad los residuos sólidos que son
dispuestos en el Relleno Sanitario de Doña Juana[2].
Este
escrito, busca exponer la problemática de los residuos sólidos en la ciudad de
Bogotá visto desde el ojo de un ciudadano común (No obstante, lo acá propuesto puede
ser replicado en otras poblaciones que deseen hacer uso de la ciudad como artefacto
para la educación y la adecuada disposición de los residuos sólidos), para que
en la reflexión del problema se encuentren instrumentos para el buen manejo de
los desechos.
PROBLEMÁTICA DE LA CLASIFICACIÓN DE LOS RESIDUOS EN LAS
CIUDADES
En el
contexto de la ciudad de Bogotá, la administración Distrital cambió de modelo
de público a mixto, originado por un fallo de la Corte Constitucional, que
obligaba la inclusión de la población recicladora en la recolección de los
residuos sólidos de la ciudad. Hoy esta situación es defendida y atacada por
diferentes actores de la ciudad capital.
Sin
importar la legalidad[3] de las acciones de la
Administración Distrital, lo cierto es que la problemática de la recolección de
residuos en la ciudad de Bogotá sigue sin resolverse y el ideal aún no se logra,
que debiera ser el modelo de una ciudad que haga una buena disposición de sus residuos.
Todo porque no se ha conseguido consensuar un lenguaje entre la población entorno
a la problemática de la mala Gestión de los Residuos Sólidos[4]; y todo esto, a pesar de
que el pasado 18 de diciembre del año 2012 la
ciudad capital vivió una situación que la estuvo al borde de una emergencia
sanitaría y todo por el desconocimiento, la apatía, el desinterés o
sencillamente en el concepto algo olvidado por muchos de la cultura ciudadana[5]. Ejemplo de esto, es que se
le solicito a los habitantes de la ciudad de Bogotá, que los residuos aprovechables,
fueran depositados en bolsas plásticas de color blanco; sin embargo, esto no ha
tenido éxito, o la situaciones como la de la Imagen 1 que
habla por sí sola.
Otra
problemática evidenciada, es que las comunidades no se enfocan en la
adquisición de herramientas que les permitan apropiarse de buenos hábitos para
consumo, tales como el manejo del concepto de las cinco R´S, o el conocimiento
de la clasificación por color de los residuos según la Guía Técnica
Colombiana (GTC) 24[7],
herramientas muy valiosas para el manejo de los residuos sólidos.
En
conclusión de este apartado tenemos que las problemáticas evidenciadas son:
1.
La apatía por parte de la ciudadanía del manejo de
los residuos sólidos.
2.
El desconocimiento de herramientas como las cinco
(5) R´s.
3.
El desconocimiento de la codificación por color de
los residuos sólidos.
¿TAN SOLO CON LA CLASIFICACIÓN Y EL CAMBIO DE ACTITUD
DE LOS USUARIOS HACIA EL TEMA DE LOS RESIDUOS SÓLIDOS SE RESUELVE LA
PROBLEMÁTICA?
A pesar
de lo expuesto con anterioridad, quizás sorprenda que la respuesta a la
pregunta planteada sea que NO. Es muy cierto que si queremos hacer una
buena disposición de los residuos sólidos, la clasificación es un punto clave
para el manejo de la problemática, pero lo cierto es que las ciudades deben
proveer de herramientas a su población para que esta se eduque, comporte y
maneje acorde a unas reglas establecidas en torno a un tema especifico. Por
ejemplo, en el mundo ya es consensuado un lenguaje para el manejo del tránsito;
se conocen señales que indican los lugares para cruzar, para detenerse,
avanzar, para paquear, etc. Del mismo modo, las ciudades deben equiparse de
señales que eduquen a la población para el manejo de los residuos.
En un recorrido
que se hizo en la ciudad de Bogotá en la Carrera 15 entre la Calle 100 y la Calle
72, la Calle 72 entre Carrera 15 y Carrera 7 y la Carrera 7 entre Calle 72 y Calle
34[8] (Imagen 2), se podían a lo
largo de este trayecto ver múltiples canecas como la de la Imagen 3, receptáculo que
no cumple ninguna función para la clasificación de los residuos tan necesitada en
la ciudad de Bogotá y la existencia de puntos ecológicos[9] en la vía pública es nulo.
Imagen
2
Recorrido realizado el día 01 de Mayo de 2014 entre 10:00 AM y 11:00 AM - Vista
con Google Earth. Domingo 04 de Mayo de 2014
Esto da
una clara señal a la ciudadanía de que la problemática de los residuos no es un
asunto de prioridad gubernamental y en tal sentido no se entenderá como algo
relevante para el ciudadano de a pie.
La
ciudad debe ser entendida como un aula dinámica, capaz de proveer de
herramientas de enseñanza a sus ciudadanos y esto debe ser un punto que debe verse
como una oportunidad, inclusive para el ordenamiento territorial.
¿CUÁL ES LA PROPUESTA?
La
ciudad debe hacer una transformación de su mobiliario urbano y hacer el
remplazo o la remodelación de las canecas, para facilitar la clasificación de
los residuos sólidos. Este mobiliario, debe en plena vía pública, orientar a
los ciudadanos sobre los colores que se usan para clarificar los residuos
sólidos y buscar receptáculos que clasifiquen los residuos sólidos y todo
basado en la GTC-24. Es una verdad totalmente evidente, que el costo de la
instalación de un punto ecológico completo[10], puede alcanzar un costo
altísimo para la ciudad, pero solo se requiere en vía pública instalar una segunda
caneca con una bolsa transparente[11] para que los transeúntes
allí depositen los residuos que puedan ser aprovechados en labores de reciclaje
y la segunda en donde se depositen los residuos no aprovechables. A su vez,
estos espacios pueden orientar con carteles informativos tipo señales
verticales, sobre los colores y los residuos que pueden ser depositados allí. El
costo de una segunda caneca y la instalación de señales verticales, puede ser
mínimo comparada con los costos en los que actualmente los ciudadanos podemos
estar incurriendo a causa de la operación de recolección de residuos.
Otros
espacios muy concurridos y aptos para el aprendizaje son los parques y zonas
verdes de la ciudad. En estos, se debe ser más agresivos con la clasificación
de los residuos y aprovechar los espacios para instalar puntos ecológicos mejor
elaborados, que puedan incluir mínimo cuatro canecas, que recojan plásticos,
residuos no aprovechables, papeles y cartón y residuos orgánicos[12].
De esta
manera, la ciudad se va trasformando en una urbe dinámica, que educa a sus
ciudadanos y les permite apropiarse de herramientas útiles para comportarse en
comunidad y no se le deja toda la carga educativa solo a los colegios, escuelas
o universidades.
¿QUE GARANTIZA QUE LAS PERSONAS USARAN UNA SEGUNDA
CANECA DE MANERA ADECUADA?
Es
incierto responder a esta pregunta en el corto plazo y muy optimista esperar
una respuesta positiva por parte de la ciudadanía. Pero lo cierto es que
debemos llegar al punto en donde la ciudadanía haga un uso adecuado de este nuevo
mobiliario.
Hace un
par de años el profesor Antanas Mockus Šivickas, viendo el desorden de la
ciudadanía en materia de tránsito, acudió a la pedagogía para enseñar a la
población sobre el uso de las cebras y las señales de tránsito en las calles[13]. ¿Sería descabellado volver
a llamar a este ejército de cara pintadas, para instruir a la ciudadanía sobre
el buen manejo de los residuos sólidos? ¿Será que solo compete a las
instituciones educativas educar a los futuros ciudadanos?
¿TAN SOLO CON LA PEDAGOGÍA Y EL CAMBIO DE CANECAS?
En
verdad, la problemática de los residuos sólidos en bastante compleja. Estos
tienen la particularidad de que pueden cambiar en el tiempo y los espacios y
siempre serán un tema que estará en la agenda de las administraciones; Sin
embargo, la búsqueda de alternativas puede mitigar el impacto que los residuos
generan en las vidas de los habitantes de las ciudades.
Lo que
acá se plantea no es una respuesta milagrosa; más bien es un grano de arena en
la construcción de la solución.
¡Prefiero
ser parte de la solución a ser parte del problema!...Anónimo.
Una propuesta para la recuperación de los residuos en las calles de la ciudad. ©
Camilo Orlando Sotelo Mejía
Creado: 07 de mayo de 2014
[1] La
Administración Distrital, está en manos del hoy Alcalde de la Ciudad Gustavo
Petro.
[2]
El Relleno Sanitario de Doña Juana, funciona como un punto para la disposición
final de los residuos sólidos de la ciudad de Bogotá. Allí solo se hacen
labores de disposición. La clasificación de los residuos allí no se hace.
[3] La
legalidad del modelo ha sido cuestionado severamente ya que a consideración de
muchos, la Administración Distrital tergiverso
la sentencia de la corte a favor de los recicladores.
[4]
Cuando se quiere hacer una gestión de los residuos se debe contar con un Plan
de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS).
[5]
En la actualidad la organización Corpovisionarios, quiere trabajar en el
fortalecimiento de la cultura ciudadana en las principales capitales del país.
Link: http://www.corpovisionarios.org
[6]
La imagen evidencia el mal uso que los usuarios le dan la los puntos ecológicos
y adicionalmente la poca importancia que a estos les prestan.
[7]
Para Colombia aplica la GTC 24, que está basada en la normatividad
internacional y aplicable a cualquier otro país.
[8]
Este recorrido fue hecho el día 01 de mayo de 2014, entre las 9:00 AM y 10 AM.
[9]
Según el proyecto de acuerdo No. 071 de 2010, un punto ecológico se define
como: (…) una zona especial claramente demarcada y señalizada, compuesta
por 4 recipientes cuyo tamaño serán de libre determinación acorde al
tipo de establecimiento comercial, institucional, cultural o recreativo, al
número de usuarios que los frecuentan, cantidad de visitantes y por supuesto
cantidad de residuos sólidos generados en su interior, producto de su actividad
y razón social.
[10]
Un punto ecológico completo, puede contener mínimo 4 y hasta 8 canecas según la
clasificación expedida por la GTC-24..
[11]
Se sugiere el tipo de bolsa trasparente, para que esta no siga generando
confusiones entre la población y la posible contradicción en las que pueda
incurrirse con la GTC 24.
[12]
Los plásticos, papel y cartón, residuos orgánicos y materiales no
aprovechables, son los residuos más comunes que se generen en los parques de
las ciudades.
[13]
Esta medida, fue despreciada y tildada de descabellada, pero el tiempo enseño
que la medida tuvo un impacto más alto del esperado. Ver: CIENTOS DE MIMITOS
PARA EDUCAR A BOGOTÁ